La Dehesa

El paisaje rural del Alto Guadiato está dominado por la Dehesa. Esta peculiar formación surge de la interacción de los humanos con su medio. El proceso de adehesamiento de la zona comenzó alrededor de mediados del tercer milenio A.C. con el aclarado del bosque mediante la tala y quema de arbustos, en busca de pastos para el ganado y nuevos campos para cultivar. Una vez emprendido el proceso de adaptación al medio y mejora de su productividad, la dehesa se configura como el paisaje definitivo de esta zona, al potenciarse la ganadería y sus actividades asociadas como la mejor alternativa para una explotación rentable de la comarca.

En cuanto al aspecto físico de la dehesa, podemos diferenciar los siguientes componentes principales:

Por una parte, el arbolado, en el que predominan las especies de género Quercus, encinas, alcornoques y acebuches principalmente. Su labor en el mantenimiento del ecosistema es fundamental. Una función importante del arbolado de la dehesa es la diversificación ambiental que produce, que resulta primordial para conseguir la estabilidad del ecosistema.

La vegetación más abundante en la dehesa es la constituida por las plantas herbáceas, el pasto. Su función principal es la de alimentar al ganado, introducido por las comunidades humanas y adaptado perfectamente al medio ambiente de la dehesa.

Los productos vegetales extraídos de la dehesa son principalmente los derivados de los árboles, como las bellotas (principalmente para alimentación del ganado), la leña y el carbón vegetal, y, en el caso del alcornoque el corcho.

Sin duda, el impacto más importante de la dehesa se produce sobre sus habitantes. La sociedad, la cultura, las costumbres de una comarca no pueden explicarse son conocer el medio en que tienen lugar, y en el caso del Alto Guadiato esto resulta especialmente claro. Costumbres, modos de vida, tradiciones y hechos históricos están íntimamente relacionados con el medio humano-natural, que conocemos como DEHESA.

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